Es el aparato electrónico del que no nos separamos ni para ir al baño. El teléfono móvil ha cambiado nuestra vida al completo. Y este año, además, debido a la situación excepcional experimentada por el confinamiento obligatorio, los españoles los han usado de media sus durante unas 3 horas y media al día, según un estudio realizado por la compañía consultora Smartme Analytics. Pero, claro, llega el verano y nos pensamos que lo soportan todo. Pues no; hay que llevar un mantenimiento y cuidados adicionales para que estén en perfecto estado.

Cuidado con el calor

Las altas temperaturas afectan a algunos aspectos cotidianos de la vida de las personas. Y los «smartphones», como todos los aparatos electrónicos, no están extentos. También sufren el calor, siendo este uno de los mayores enemigos para los dispositivos electrónicos. Aunque también existen otros factores que estropean los teléfonos móviles en verano. Expertos de Back Market, tienda especializada en reacondicionado de productos electrónicos, recomiendan «evitar la exposición directa al sol». A su jucio, hay que «evitar que el terminal se caliente demasiado y que acabe funcionando peor».

Mejor guardarlo a la sombra

Si está guardado en una mochila o bolso al sol, el efecto será el mismo que si está expuesto al sol. Por eso, los expertos recomiendan que esté guardado en la sombra, e incluso es recomendable tenerlo apagado. Lo que se consigue con ello es que no se sobrecaliente, algo que puede afectar directamente a estado de la batería o a los componentes electrónicos. Por fortuna, los modelos más avanzados incluyen sistemas de seguridad que cuando se sobrepasa una temperatura máxima se desconectan. Para ello, existen algunas aplicaciones destinadas a controlar la temperatura del terminal, ya que avisan al usuario de que esta es demasiado elevada.

Cuidado con el agua, y más si es salada

En la actualidad, los teléfonos móviles cuentan con sistemas de protección bajo la certificación IPXX. Los más punteros son sumergibles durante un tiempo y resistentes a agua y polvo. Pero salvo que esté específicamente diseñado para ello, la inmensa mayoría de terminales no soportan agua salada, es decir, del mar. Puede afectar a los conectores y estropearse.

«La humedad, el agua, la arena de la playa o las cremas solares son otros de los peligros más comunes a los que se exponen los smartphones en verano. Para evitarlos, es imprescindible asegurarse de tener las manos totalmente secas cuando tocamos el móvil, para que el terminal no coja humedad, no se moje y no se manche de crema», añaden los expertos.

Si se mancha de arena, cuidado con rayarse

En el caso de que el terminal tenga arena y evitar que raye la pantalla, una buena solución es soplar los granos de arena o darle unos golpes suavemente con tela, sin frotar. «Para que no dañe los componentes electrónicos interiores, es recomendable apagarlo y quitar los granos soplando en las aperturas exteriores», añaden las mismas fuentes.

Si se cae al agua, apágalo y sécalo

Si el teléfono cae al agua, lo ideal es apagarlo inmediatamente y no intentar encenderlo para ver si funciona, ya que el mismo sistema de encendido puede dañarlo aún más. Además, es importante extraer la batería, tarjeta SIM y tarjeta SD y secarlo lo máximo posible. Después, es recomendable enterrarlo en arroz o en bolsas de gel de silicio dentro de una bolsa hermética durante dos o tres días. «Tras este proceso, es muy probable que el terminal siga en funcionamiento», recomiendan.

Cargar la batería cuando sea necesario

La batería se avería con mucha frecuencia. Las tres primeras cargas se deberían realizar con la batería completamente descargada y nunca se debe dejar la batería conectada al cargador después de completar el proceso.

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Fuente: ABC