El Gobierno estadounidense y Apple mostraron hoy en público la disputa que mantienen abierta por la supuesta negativa de la empresa a ayudar a los investigadores a acceder a los teléfonos iPhone de un sospechoso de terrorismo acusado de haber matado a tres personas en Florida.

El militar saudí Mohammed Saeed Alshamrani, de 21 años y miembro de la Fuerza Aérea de su país que participaba en unos cursos de formación en la base aeronaval de Pensacola (Florida, EE.UU.), abrió fuego a principios de diciembre contra otros estudiantes del centro y causó la muerte a tres de ellos (todos estadounidenses), antes de ser abatido por la Policía.

El Departamento de Justicia encontró dos teléfonos iPhone vinculados a Alshamrani -al que acusan de terrorismo- e intentó acceder a ellos para obtener más información o pruebas sobre el ataque, pero lamentó en una carta pública firmada por el fiscal general, William Barr, que Apple no haya sido de «ninguna ayuda sustancia».

«Esta situación ilustra perfectamente por qué es fundamental que los investigadores puedan acceder a pruebas digitales una vez hayan obtenido el permiso de las cortes en base a causa probable. Pedimos a Apple y a otras empresas tecnológicas que nos ayuden a encontrar una solución que nos ayude a proteger las vidas de los estadounidenses y a prevenir ataques futuros», apuntó Barr.

Sin embargo, desde la empresa que dirige Tim Cook respondieron que rechazan «la idea de que Apple no haya ayudado de forma sustancial en la investigación de Pensacola», y aseguraron que sus respuestas a las autoridades desde que se produjo el ataque han sido «rápidas, en profundidad y se siguen produciendo». La firma con sede en Cupertino (California, EE.UU.) aseguró que ha facilitado a los investigadores «gigabytes de información» relativos al iCloud, la información de cuenta y datos transaccionales de varias cuentas.

Este episodio recuerda a la negativa de Apple a facilitar al FBI el código de seguridad para desbloquear un iPhone usado por uno de los autores del tiroteo ocurrido en diciembre de 2015 en la ciudad californiana de San Bernardino, en el que murieron 14 personas y 22 resultaron heridas. En ese caso, las autoridades lograron finalmente extraer la información del teléfono inteligente sin ayuda de Apple, pero ello no evitó un agrio intercambio de reproches entre el Gobierno y la compañía estadounidense, que ha hecho de la privacidad una de sus principales enseñas.

Fuente: ABC