La ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, ha iniciado su visita oficial a Turquía, donde se ha reunido con su homólogo turco y otros alto cargos en un momento de creciente tensión entre Ankara y la Unión Europea. Según han detallado fuentes diplomáticas a Europa Press, la ministra tendrá una agenda «muy intensa» hasta el martes cuando viaje a Atenas.

En una conferencia conjunta con su homólogo turco, Mevlut Cavusoglu, en Ankara, la ministra ha dicho que era importante que la reconvertida Gran Mezquita de Santa Sofía siga siendo parte del patrimonio mundial de la humanidad, tras el reciente decreto firmado por el presidente turco Recep Tayyip Erdogan para que el templo pasara de museo a mezquita la semana pasada.

«Para España es importante que se mantenga el espíritu de este monumento que es una casa común para cristianos, católicos y musulmanes», dijo al tiempo que aseguró «nosotros creemos en el diálogo y dicho diálogo entre Turquía y la Unesco ayudará a preservar a Hagia Sophia».

Sin embargo, su comentario despertó cierto resquemor en su homólogo turco, Mevlut Cavusoglu, que aclaró seguidamente: «Si no le he entendido mal, ella dijo que prefiere mantenerla (refiriéndose a Santa Sofía) como una casa común. Por supuesto, si ella se refiere a una casa común para preservar Santa Sofía como un lugar que es patrimonio cultural de la humanidad con todas sus características y que está abierto a todos. Esto está bien», y continuó «pero si ella se refiere a que Santa Sofía, que fue convertida en una gran mezquita, permanecerá como un lugar donde otras creencias también puedan rezar, no estamos de acuerdo con eso».

Singing different songs on #HagiaSofia in a joint press event between visiting #Spain Foreign Minsiter Arancha Gonzalez Laya and her host, #Turkey's Foreign Minister Mevlut Cavusoglu. . pic.twitter.com/lAY3P9b4kr

— Abdullah Bozkurt (@abdbozkurt) July 27, 2020

Un nexo cultural

Santa Sofía fue construida en época del emperador bizantino Justiniano I, en el año 537, como la mayor iglesia de la comunidad cristiana de la época. Tras la conquista otomana de Constantinopla, la actual Estambul, fue reconvertido en mezquita en el año 1453 por decisión de Mehmet II, conocido como «El Conquistador». En 1934, el estatus de Santa Sofía fue cambiado al de museo por un decreto firmado por Mustafá Kemal Ataturk, el fundador de la Turquía moderna.

Dos firmas han determinado el futuro del templo: el Consejo de Estado, el más alto tribunal administrativo, anuló el 10 de julio el decreto firmado por Ataturk y que ha mantenido Santa Sofía como museo durante 86 años. Horas después, Erdogan firmó una orden por la que reconvirtió el templo en una mezquita, haciendo realidad así «el sueño de su juventud», según dijo entonces.

Santa Sofía, declarada Patrimonio Mundial por la Unesco, es un nexo cultural para cristianos y musulmanes y también uno de los principales centros de atracción turística, con 3,7 millones de visitantes en 2019.

La decisión de Erdogan ha desconcertado a los turcos, que ven Santa Sofía como un emblema de la Constitución laica del país, aunque no ha provocado una crítica rotunda por parte de la oposición. Erdogan ha prometido que seguirá abierta a los turistas y a los fieles de todas las religiones.

Fuente: ABC