Después de quince años de espera, el presidente Mahmud Abás anunció un nuevo aplazamiento de las elecciones legislativas palestinas «hasta que esté garantizada la participación de los habitantes de Jerusalén». Hamas, facción islamista que controla Gaza y que ganó las últimas elecciones en 2006, calificó la decisión de Abbas de «golpe» y la interpretó como su única salida para evitar la derrota en las urnas.

Las encuestas anunciaban unos buenos resultados para Hamás, todo lo contrario que Fatah, partido de AbÁs que se ha dividido en las últimas semanas y en el que han surgido voces como la de Marwan Barghouti, líder palestino condenado a cadena perpetua, y Nasser Al-Qudwa, sobrino de Yaser Arafat, capaces de disputar el trono a un rais que a sus 85 años sigue aferrado al poder. Esta nueva lista en el seno de fatah suponía toda a una amenaza a la hegemonía de la línea oficial.

Este retraso llega tres meses después de una convocatoria que abrió una puerta a la esperanza de cambio entre unos palestinos cada vez más alejados de su liderazgo. Este es el motivo por el que se produjeron protestas en Gaza y Cisjordania contra la decisión del presidente. Abás acusa a Israel de ser el culpable de esta situación, aunque hasta el momento el Estado judío no se ha pronunciado de manera oficial sobre la posibilidad de dejar votar a los palestinos de la parte oriental de Jerusalén.

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Fuente: ABC