El ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigu, anunció ayer de forma inesperada la retirada de las tropas desplegadas junto a la frontera con Ucrania a partir de hoy, informó la agencia RIA-Nóvosti. «Considero que los objetivos de la comprobación repentina -del nivel de preparación para el combate- se han logrado plenamente. Las tropas han demostrado su capacidad para garantizar una defensa fiable del país», manifestó Shoigu en Crimea en el curso de una reunión con la plana militar.

Dio orden al Alto Estado Mayor, a los comandantes en jefes de las correspondientes demarcaciones militares y a las fuerzas aerotransportadas de trasladar de vuelta sus unidades a los acuartelamientos de origen. Encargó también a los mandos «realizar un análisis detallado y un resumen de los resultados» de los ejercicios. «El personal del 58 Cuerpo de Ejército del Distrito Militar Sur, del 41 Cuerpo de Ejército del Distrito Militar Central, así como las Divisiones Aerotransportadas 7, 76 y 98 regresarán a sus puntos de despliegue permanente antes del 1 de mayo», agregó el ministro.

Según Ria-Nóvosti, más de 10.000 efectivos, por encima de 1.200 unidades blindadas y de artillería, incluidos los sistemas de misiles costeros Bal y Bastión, drones de ataque Inojódets y lanchas patrulleras de alta velocidad Raptor, participaron en las maniobras en lo que a Crimea se refiere. Se emplearon también 40 navíos de guerra y barcos de reaprovisionamiento. En otros puntos del entorno de Ucrania la OTAN contabilizó más de 100.000 soldados. Shoigu, que sobrevoló en helicóptero todo el área involucrado en las maniobras, el polígono de Opuk, justificó el operativo «a causa del aumento significativo de las actividades militares y de inteligencia de la OTAN en la región».

Rusia prohibió del 20 al 24 de abril los vuelos sobre parte de Crimea y el mar Negro. Las restricciones se aplican al espacio aéreo desde Sebastopol hasta Feodosia, a través de la costa sur de Crimea, y a parte de las aguas internacionales del mar Negro. Previamente, el Ministerio de Defensa prohibió que buques de guerra extranjeros surquen las aguas en tres zonas adyacentes a la península anexionada. Esta limitación estará vigente del 24 de abril al 31 de octubre. El estrecho de Kerch, sin embargo, permanecerá abierto.

Las maniobras que hoy finalizan se iniciaron a comienzos de abril en la frontera este de Ucrania, en Crimea y en el mar Negro, lo que disparó las tensiones entre Moscú y Kiev. Días antes, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, aprobó una nueva ‘doctrina de seguridad’ para reforzar el potencial militar del país, incluyendo la adhesión a la Alianza Atlántica. Todo con el objetivo de recuperar Crimea, península que Rusia se anexionó en 2014, y restablecer el control sobre las regiones rebeldes de Donetsk y Lugansk, cuyas fuerzas separatistas cuentan con la ayuda financiera y militar de Moscú.

Pulso con Occidente

Pero esta nueva decisión del Kremlin, que contribuirá sin duda a distender la situación en la zona, parece más bien gestual, ya que Rusia tiene gran cantidad de tropas desplegadas de forma habitual en Crimea y en acuartelamientos muy próximos a las fronteras ucranianas. EE.UU., la UE y la OTAN llevan semanas exigiendo a Rusia que retire sus tropas de las zonas limítrofes con Ucrania y deje de intimidarla. Kiev temía una invasión de su territorio.

Paralelamente, los enfrentamientos entre el Ejército ucraniano y las fuerzas separatistas de Donbass se habían recrudecido y el goteo de muertos ha ido aumentando. Se da la circunstancia de que hace tan sólo tres días se hablaba de prolongar las maniobras hasta el 31 de octubre, fecha hasta la que estará vigente la prohibición de navegar en tres zonas del mar Negro. El rublo, la moneda rusa, comenzó ayer a subir después de que las recientes tensiones la empujaran a la baja.

Desde Bruselas, fuentes de la OTAN advirtieron que la organización «toma nota» de la decisión rusa, pero «seguirá vigilante». «Cualquier paso hacia una desescalada por parte de Rusia es importante y ya debió haberse hecho antes», señalaba el funcionario de la Alianza en un comunicado. Según el texto, «la OTAN está del lado de Ucrania, y mantenemos el llamamiento a Rusia para que respete sus compromisos internacionales y retire todas sus fuerzas del territorio ucraniano».

El miércoles, el presidente Vladímir Putin criticó a Occidente por su política «agresiva» en relación con Rusia. Dijo confiar en que «a nadie se le ocurra la idea de traspasar la línea roja en relación con Rusia» y advirtió de una respuesta «asimétrica, rápida y severa» y de que «los organizadores de cualquier provocación lo lamentarán como hace tiempo no han lamentado nada».

En el frente diplomático, mientras la crisis por las expulsiones de empleados de las respectivas embajadas se recrudecía con la República Checa y se extendía esta semana también a Bulgaria, ayer fue Eslovaquia la que se incorporó a la gresca. Deportó a tres diplomáticos rusos de la Embajada en Bratislava. Lo dio a conocer el primer ministro eslovaco, Eduard Heger. Según sus palabras, «tres representantes de la misión diplomática rusa deben poner fin a sus actividades en Eslovaquia y abandonar el país en un plazo de siete días». Heger dijo que se adoptó la decisión tras analizar lo sucedido en la República Checa, en donde supuestamente dos agentes rusos del GRU, la inteligencia militar rusa, sabotearon un arsenal checo en 2014. Rusia responderá seguramente con medidas similares. La República Checa expulsó a 18 diplomáticos rusos y Rusia hizo lo mismo con 20 funcionarios checos.

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Fuente: ABC